Últimamente he cambiado mi forma de pensar. Antes mi prioridad era buscar la salud, comer bien, hacer ejercicio, dormir temprano, huir de las desveladas, era casi una obsesión.
Luego empecé a inclinarme por la religión, ir a misa, casi me iba incada con fichas en las rodillas para pedirle a Dios salud y bienestar, tampoco me sentí del todo llena. Solo logré descubrir que ni una cosa ni la otra.
Estos días he visto de cerca a una persona que dedicó su vida a ser buena persona, religiosa, con fe verdadera, que procuraba mantener sano su cuerpo, no fumaba, no tomaba, andará en sus 50's y está viviendo sus últimos días con un cáncer terminal en los pulmones que ha menguado a la familia.
¿Cual es el punto medio? ¿A que debemos darle prioridad en nuestra vida?
Hay que divertirnos como niños, amar como jóvenes y vivir cada día, como si fuera el último.
Estamos contigo Monsi, sabes que estás en nuestras oraciones, te queremos.
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