MEMORIAS INGRATAS

Hoy asistí a una plática de una psicóloga y utilizó la palabra “memorias ingratas“ a esos recuerdos de dolor y penas pasadas. Me pareció el nombre mas apropiado a esos recuerdos que dejaron de causar dolor, le pondremos este nombre rimbombante.

Estamos acostumbrados a culpar al pasado de nuestras penurias, nuestras decisiones, pero ese pasado nos hizo ser quienes somos ahora, si no hubiera sufrido abuso por tantos años, no valoraría mi libertad.

Si mis padres no hubieran peleado tanto, no tendría esta unión de hermanas, en un tiempo fuimos 5 soledades viviendo juntas y ahora se convirtió en cinco sobrevivientes, luchadoras con muchas ganas de vivir.

Si mis hijos no hubieran vivido el abandono de su padre como el que están viviendo, no valorarían a su madre y a sus hermanos, en la adversidad aprendimos a luchar por nosotros, a sacar fuerzas y seguir adelante.

Cambiamos disfrutar de un pantalón de marca a una plática en familia, de un carro nuevo, a un abrazo, que nos devuelve la fé en nosotros.

Nuestras memorias ingratas...solo nos ayudaron a entender que nos merecemos vivir bien.

5 comentarios:

NO QUIERO QUE MI NIÑO SUFRA

Ayer escuché a un papá decir -No se si esté haciendo bien, las decisiones que está tomando mi hijo, lo harán sufrir a futuro, he tratado de explicarle las cosas, pero parece no entender, me pidió que firmara por el, pero las veces que lo he hecho termino pagando yo.

Y supe, que un amigo de mis hijos, que era brillante en todo, ahora no estudia, se dedica a vagar, meterse en líos, su papá no termina de sacarlo de tanto problema en el que se ha metido, hasta la hermana, tuvo que hecharse la culpa en un choque, porque como iba tomado, había que salvarlo.

Recuerdo aquel cuento, estaba un capullo de mariposa pegado a una rama, el abuelo y su nieto veían como la mariposa luchaba por salir. El niño abrió el capullo para ayudar a la mariposa, el abuelo le advirtió que no lo hiciera, la lucha era parte de su maduración, pero le dolía al niño ver sufrir a la linda mariposa. Abrió el capullo y la mariposa cayó al piso, sus alas débiles no podían cargar su peso, el abuelo le explicó que la lucha en el capullo hacía a la mariposa, desarrollar sus alas debidamente para poder volar.

Al día siguiente volvieron por la mañana, la mariposa había muerto, sus alas no alcanzaron a desplegarse, lo que le impidió volar. El niño, arrepentido, ya no pudo hacer nada por la mariposa.

Eso pasa con los hijos, resolverles sus problemas, impidiendo que recojan el fruto de su comportamiento y de sus errores, lejos de ayudarlos, les impide madurar, jamás aprenden con el error, no cambian el curso de su vida, porque no aprenden de la experiencia que les robamos al solucionarselo.

Si amas a tu hijo, permítele equivocarse, caer y levantarse. No pasará mas allá de un rasguño, pero si no los dejas madurar, siendo responsables de su vida, lo tendrás de 40 años, esperando que te levantes y le hagas el desayuno.

Ama a tu hijo.....y ámate a ti, dejándolo vivir.

LA NIÑA DE TUS OJOS