VIVE Y DEJA VIVIR

Hay algo de lo que debemos estar seguros...los años pasan y dejan huella, empezamos a envejecer, es una realidad que con el tiempo estamos entendiendo.

Pero hay que envejecer mejorando, sin remordimientos, tomando las cosas de la vida que nos hacen crecer, probar, intentar, procurar...madurar.

Solo hay una cosa de la que me arrepiento, es haber crecido con miedo, miedo al que dirán, miedo a equivocarme, miedo a la crítica, miedo a intentarlo. Siendo nosotros mismos los peores y mas despiadados críticos.

Envejecer sin miedos, es la meta a la que debemos darle toda nuestra energía, aprendiendo quienes somos y descubriendo día a día nuestras capacidades.

Démosle oportunidad a nuestra mente relajarse y aprender con la lectura, a nuestro cuerpo, premiarlo con bailar, cantar, pasear...y a nuestro espíritu con amor y fé.

La juventud quizás no esté solo en nuestro corazón, sino en la manera de ver la vida, un joven no teme caer, porque a él nunca le pasa nada, no teme intentar, porque lo hará mas de una vez, no teme amar, porque su cuerpo es puro corazón.

VIVE Y DEJA VIVIR

Ayer fui al partido de fútbol donde juega mi hijo junto con sus primos, todos parecían jugadores profesionales, ataviados con su uniforme, el equipo completo, se veía realmente bien. 
En las gradas, nos quedamos a verlos la porra entusiasmada, los papás y familia, que orgullosos esperaban el inicio del juego.

Los muchachos habían decidido hacer el equipo, sabiendo que no tenían muy buena condición, pero con muchas ganas. Al cabo de media hora, estaban cansados, sin perder el entusiasmo, un papa apasionado empezó a dar instrucciones de lo que debían hacer, lo que alentó al equipo.

El cansancio de algunos se convirtió en enojo, los contrincantes se veían mas organizados, con mayor condición, aunque sin uniforme, pero ellos hicieron su mejor esfuerzo hasta el final.

Para algunos, ganar es la finalidad de todo, convivir y divertirse en familia puede ser otro camino que posiblemente les dejará mayores experiencias, porque, siendo en su mayoría familia, bromearon, se rieron, convirtieron un juego en un pasatiempo sano y algo de que celebrar, aunque no fuera ganar.

Pero los que prefirieron irse porque se molestaron, les permitieron al resto, no amargarse el momento y convertirlo en problema, solo se privaron de unas ricas hamburguesas, una helada cerveza, y recordar de manera divertida las anécdotas del juego, sin dejar de admitir, que están jugando cada vez mejor.

Gracias a los que se fueron sin compartir su malestar y gracias a los que tomaron esta ocasión, para encontrar un motivo más para estar juntos....a eso le llamo...“¡Vive y deja vivir!

RENOVANDO EL ESPIRITU

Durante años atesoré un sinfín de cosas, como platos para servir, me encantaba comprar lindos utensilios y siempre que los iba a usar, pensaba, lo voy a dejar para una ocasión especial, pero en los eventos importantes o rentaba todo o todo era desechable.

Habitaciones que solo eran para visitas, cobijas, adornos, ¡Uff! esperando una ocasión especial, guardados en el ropero.

En la casa, dejamos de hacer eventos, porque todo terminaba en tragedia, las comidas de domingo se fueron escaseando, ahora todo es fuera de casa o en restaurantes...y yo pule y pule las cosas para tenerlas guardadas.

Todo eso dejó de ser importante, así que tomé todo lo que no se usaba y lo vendí, lo regalé, lo tiré a la basura, no sentí remordimiento alguno, hasta puedo decir que sentí un alivio y una sensación de aligerar mi vida.

Esta vida está llena de cambios, lo que pensábamos hace un año, ahora dejó de importar, nuestras prioridades van cambiando con nuestra evolución, para llegar a una quietud...

Ese estado donde se une el espíritu, el ser y el amor como un camino para llegar a la paz.

TOCADO...

Estaba viendo un programa llamado “TOUCH“, acerca de un pequeño, de 11 años autista, que su madre murió en las torres gemelas de Nueva York.

Su teoría, es que todos estamos conectados por un pequeño hilo rojo, según una parábola china, que dice que ese delgado hilo a veces se anuda, se cruza pero jamás se rompe, con este hilo, ciertas personas nos cruzamos durante la vida por una razón.

Durante años estuve con resentimiento con una amiga muy querida, vecina de la primera casa que compramos, la estimaba verdaderamente y nos ayudábamos mucho por un largo tiempo, hasta que por circunstancias del destino nos enojamos y durante años dejamos de hablar. Recuerdo mucho su sentido del humor, su lógica para resolver la vida, y la pasión con la que hacía todas las cosas importantes. Me dolió mucho prescindir de su amistad, pero era un problema en mi matrimonio, a mi esposo no le parecía nuestra amistad, así que, tuve que decidir entre los dos, y con el que dormía parecía ser la mejor decisión.

Nunca entendí el porque pasaron las cosas, pero perderla ha sido una de los procesos más difíciles de mi vida.

Encontré su nombre en el facebook, así que decidí contactarla, le mandé un mensaje, sin esperar respuesta, pero, súbitamente la semana pasada, me llegó su respuesta, con el mismo gusto de oír de mi, como yo de haberla encontrado, hemos hablado como si el tiempo jamás hubiera pasado, con la misma confianza que tuvimos tiempo atrás, pero con la madurez que obtuvimos con los años, que nos hizo valorar la amistad que alguna vez existió.

escuchar la teoría del niño de la serie, me hizo entender que realmente algunos estamos conectados  entre sí, porque esa unión nos hace mas valiosos......gracias Gorgette por estar unida a mi.

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¡ESE SARTEN NOOOO!

Mi amiga Silvia, estaba muy consternada platicándonos como llegamos a ser tan “cuadradas“ en nuestro comportamiento, con el tiempo te vas formando reglas que no puedes romper, nadie las puso, tú te las impones sola y las sigues al pié de la letra.

Contaba que llegó su hija a visitarla con su bebita de un año de edad, como Silvia disfruta tanto de la nieta, su hija ofreció hacer la comida, eran chuletas en salsa verde, así que tomó a su nieta y se puso a jugar con ella.

Su hija, se dedicó a cocinar, el olor de la comida la hizo ir a ver como iba la comida, cuando de pronto vé sobre la estufa, la olla que ella dedicaba para hervir los biberones, conmocionada se acerca a ver en qué la estaba utilizando, sorprendida descubre las chuletas en salsa hirviendo.

Voltea casi como Regan en la película del exorcista, y le pregunta: “¿Porqué usas eso para cocinar chile?“ su hija, sin preocupación alguna contesta, -porque la niña ya creció y ya no es necesaria esa olla- Silvia todavía con la sorpresa, el enojo, de ver lo que hacía, volvió a preguntar -¡Pero no se hizo para eso! a lo que su hija volteó sonriendo y le contesta...“Mami, es solo una olla“

La olla quedó viva, su hija se divirtió, su nieta disfrutó de su abuelita, y todos comieron unas deliciosas Chuletas en salsa verde.

UNA HISTORIA PARA CONTAR

Pasábamos una agradable tarde al lado de la alberca, el cielo azul nos reafirmaba la belleza del lugar  y platicábamos acerca de la unión que hacemos los hermanos, a lo largo de la vida, sobre todo cuando nos abruman los problemas en la familia, mi amiga Claudia, me contó una anécdota que me encantó.

Me decía: -“es como la historia de los puerco espines, habitaban todos en la misma cueva, trataban de entrar y acomodarse, pero las espinas les impedían estar unidos sin que se pincharan con las espinas, al ver las heridas que se provocaban, decidieron cavar cada uno su cueva, viviendo aislados pero sin lastimarse“. 

“Cuando llegó el invierno, las cuevas no fueron suficientes para protegerlos del frío y murieron en soledad,  entonces ante el resultado de su decisión, optaron por volver a la cueva, mantenerse juntos, darse calor con la unión, porque al final, las pequeñas heridas pueden sanar, pero nadie volvería a sentirse solo“

Así somos las familias, al final de cuentas, aunque los roces nos produzcan heridas, siempre habrá un curita que lo alivie, pero nadie vivirá en soledad.

¡Gracias Claudia por tu moraleja!

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