Ya en la víspera de su llegada, las compras para recibirlo rebasan tu capacidad de pago, no importa ¿Él lo vale! Dolores, incomodidades, todo.
Su recibimiento es espectacular, visitas, felicitaciones, por fín llegó el esperado día, pero el pequeño pide atención contínua, no te puedes distraer, porque con un estruendoso grito llamará por ti, para que lo alimentes y lo duermas.
La mayoría de la casa está invadida. Desde la entrada, la pelota te hace brincar, inesperadamente, un carrito llega a tus pies provocando una estrepitosa caída y solo sonríes.
Ocupa tu lugar en la mesa, recuerda que necesita espacio, obligándote a comer parada, en sesiones de minutos, porque si le quitas la vista, acabará con la comida dispersa por toda la casa decorando tus paredes.
Que decir de la tarde, saca tus cualidades de actora, payaso, malabarista o bailarina, para atrapar su atención ¡Aunque sea por cinco minutos!
Cansada, despúes de lograr dormirlo, te dejas caer en la cama, sin despintarte o ponerte pijamas, ¡Solo descanso! Súbitamente el sonido de sus piecesitos arrastrándose por el pasillo te sacan de tu letargo, chocando con las puertas y paredes que inesperadamente encuentras en tu camino.
Él voltea, con sus bracitos que apenas alcanzan a rodear tu cuello….te dice ¡mami!
Y sigues atada a la voluntad de ese adorable tirano.
anabel roa dijo...
ResponderEliminarsiiii, por Dios, adorables titanos, pero: que hariamos sin ellos? ni siquiera puedo imaginarmelo!!!!.....
2 de septiembre de 2010 20:56
Anónimo dijo...
Una Tirania.... que como mamà Jamas dejaremos de verla hermosa.
Los hijos Dios nos los mando para enseñarnos que una madre nunca sera egoista, y que venimos con un aditamento Especial que nos provee de la capacidad de ver esto NO como Tirania sino como Amor verdadero.
Eva
3 de septiembre de 2010 09:42
Blanca R. Olvera dijo...
Aparte...con una sonrisa se nos borra todo el dolor y el cansancio....
Gracias por sus comentarios!
3 de septiembre de 2010 09:59